Entre los caballeros famosos destacó Ricardo Corazón de León, quien para vengar la derrota y matanza de una parte de sus tropas, hizo sacar los ojos a quince caballeros franceses y los envió donde Felipe Augusto con otro a quien había dejado tuerto.
jueves, 16 de agosto de 2007
La Caballería
Entre los caballeros famosos destacó Ricardo Corazón de León, quien para vengar la derrota y matanza de una parte de sus tropas, hizo sacar los ojos a quince caballeros franceses y los envió donde Felipe Augusto con otro a quien había dejado tuerto.
La Iglesia y su Rol
En la Edad Media los países cristianos se encontraban divididos en diócesis, cada una de ellas dirigida por un obispo.
Los obispos, sacerdotes y párrocos vivían entre los fieles, y se les denominaba seculares o seglares porque pertenecían a la sociedad. Junto a este clero secular existía otro, cuyos miembros se sometían a un estilo de vida con estrictas reglas que limitaban toda su existencia.
Los benedictinos debían cumplir compromisos esenciales (votos), como la obediencia, la pobreza y el trabajo. Su labor intelectual fue bastante destacada, por cuanto diariamente consagraban dos horas a leer y escribir, siendo la base del saber medieval. Los franciscanos predicaron el ideal de pobreza y humildad, mientras que los dominicos se ocuparon principalmente de la enseñanza y el estudio teológico en las universidades.
La iglesia y la enseñanza
La enseñanza durante el Medioevo se dictaba en latín y era gratuita. Estaba exclusivamente en manos del clero, tanto de los sacerdotes en las parroquias como de los monjes en las abadías.
Las escuelas estaban abiertas a todo el mundo y gracias a ello fue que personas de muy baja condición económica pudieron educarse y aprender materias como gramática, retórica, teología, dialéctica, aritmética, astronomía y música.
A finales del siglo XII surgieron las universidades, como consecuencia de la evolución de las principales escuelas catedralicias. Las primeras universidades nacidas fueron las de París, Bolonia, Montpellier y Salerno, centros que desde su origen se especializaron en una determinada materia. París en teología, Bolonia en derecho y las dos últimas en medicina.
El Feudalismo
Castillo Marienberg, ubicado en Alemania.
El régimen feudal
El elemento principal de este régimen fue el beneficioo feudo, que, como dijimos, era la entrega de tierras por parte de los reyes y señores a cambio de la fidelidad y prestación militar y personal del vasallo. Este contrato se suscribía durante la realización de un acto de gran solemnidad, que se dividía en tres etapas:
1. Homenaje donde el vasallo se arrodillaba con la cabeza descubierta y sin armas, y colocaba sus manos juntas entre las manos del señor. Luego pronunciaba la frase: "Señor, yo seré vuestro hombre".
2. Fe, que consistía en un juramento de fidelidad. El vasallo colocaba sus manos sobre las Sagradas Escrituras o alguna reliquia.- 3. Investidura, donde el señor investía al vasallo del feudo y le entregaba algún objeto que simbolizaba la tierra, como por ejemplo una rama o un terrón.
Mediante el homenaje y la investidura quedaban establecidas obligaciones recíprocas, dentro de las cuales el vasallo debía cumplir con la de ayuda y consejo. La ayuda era el servicio militar o de hueste, donde el vasallo debía presentarse con armadura y caballo y mantenerse por sus propios medios. Como un señor feudal contaba con muchos vasallos, se aseguraba las fuerzas armadas necesarias para proteger sus bienes.
Posteriormente, el servicio militar se limitó a solo cuarenta días al año; entonces el vasallo debía prestar ayuda pecuniaria (en dinero efectivo), que podía utilizarse en distintas circunstancias, tales como para pagar el rescate del señor caído prisionero o para el matrimonio de la hija mayor.
El consejo, en tanto, comprendía principalmente servirle en los pleitos como juez.
Además de tierras, con el tiempo también fueron entregados en feudo toda clase de funciones y derechos públicos, por lo que el poder efectivo del señor feudal era bastante limitado, ya que solo ejercía autoridad sobre sus dominios y los vasallos inmediatos.
Las Cruzadas
La causa principal de las cruzadas fue la aparición en Oriente de un pueblo musulmán llamado turcos seldyúcidas, quienes luego de destruir el imperio árabe de Bagdad atacaron el imperio bizantino y se tomaron el Asia Menor, dejando amenazada Constantinopla.
En el año 1078 se apoderaron de Jerusalén, lugar que ya se encontraba en manos de los musulmanes árabes, quienes habían respetado los lugares sagrados (como el Santo Sepulcro de Cristo) y permitido las peregrinaciones de los cristianos. Los turcos seldyúcidas o fanáticos persiguieron a los peregrinos e incluso los torturaron. Por esta razón, Tierra Santa se convirtió en un lugar vedado para los cristianos, quienes no pudieron acercarse a la tumba de Cristo.
Los peregrinos medievales caminaban a los
lugares santos en señal de devoción.
El resultado de las cruzadas
Primera cruzada: decidida en el concilio de Clermont por el Papa Urbano II, dio como resultado la conquista de Jerusalén y la creación de un reino francés en Palestina.
Segunda cruzada: se emprendió para auxiliar a los franceses de Palestina amenazados en Jerusalén. Dio como resultado el inútil asedio de Damasco.
Tercera cruzada: fue provocada por la toma de Jerusalén por el sultán egipcio Saladino.
Cuarta cruzada: fue organizada por los señores franceses y venecianos, dando como resultado la toma de Constantinopla, la destrucción del imperio griego y la creación de un imperio latino que duró casi medio siglo.
Quinta cruzada: dirigida por el señor francés Juan de Brienne y el rey de Hungría. No dio ningún resultado.
Sexta cruzada: tuvo la particularidad de que el jefe de la expedición estaba excomulgado, y en vez de atacar a los musulmanes negoció con ellos, obteniendo que los peregrinos pudiesen visitar Jerusalén.
Séptima cruzada: tenía por objetivo Egipto, centro de un poderoso estado musulmán, pero los cruzados fueron sorprendidos por una crecida del Nilo, diezmados por una epidemia y atacados por los musulmanes, por lo que debieron rendirse.
Octava cruzada: también llamada cruzada de Túnez, terminó con la muerte de Luis de Francia (más tarde San Luis), víctima de la peste.
La Baja Edad Media
En esta etapa de la Edad Media uno de los hechos más destacados lo constituyó el ideal religioso de defensa de los Santos Lugares (donde había vivido Cristo) conquistados por los musulmanes, lo que se vio reflejado en la realización de una de las mayores empresas de la cristiandad medieval: las cruzadas.
La primera cruzada tuvo lugar en el siglo XI por autorización del Papa Urbano II y culminó con la conquista de Jerusalén por los expedicionarios. Más tarde, en los siglos XII y XIII, se llevaron a cabo nuevas cruzadas, que dieron como resultado la fundación de efímeros reinos cristianos en el cercano oriente, que terminaron en poder de los turcos otomanos.
Dentro de la expansión territorial de Europa se destaca la colonización de los alemanes en el este del continente y el avance de la reconquista en España, empresas cuyo gran sentido religioso propició el surgimiento de las órdenes de caballería.
Federico I obtiene el perdón de Alejandro III,
Fresco de Spinello Aretino, 1407.
Los estados instituyeron nuevas organizaciones políticas, llamadas cortes o parlamentos, que aprobaban las leyes e impuestos que debían aplicarse en todo el territorio de los respectivos reinos.
Durante el reinado de Felipe II Augusto, en Francia se desarrolló una política de centralización y expansión de la Corona hacia los ducados (estado gobernado por un duque) independientes. En Inglaterra, en tanto, se redactó la Carta Magna, primera expresión de las bases institucionales por las que el poder inglés quedó regulado y sometido a las cámaras parlamentarias.
Durante la segunda mitad del siglo XII, el emperador alemán Federico I Barbarroja impuso su poder sobre el papado de Roma; pero a finales del siglo el Papa Inocencio III logró imponer el poder de la iglesia sobre todos los reinos cristianos.
A lo largo del siglo XIV tuvo lugar una profunda crisis económica, social y espiritual, detonada por factores como el aumento demográfico, las revueltas campesinas contra los señores, la guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra, la gran epidemia de la peste, y la división de la Iglesia católica conocida como Gran Cisma, cuando había simultáneamente dos o tres papas rivales.
El debilitamiento del sistema feudal y la estructura gremial repercutió en una mayor libertad comercial, que poco a poco dio paso a la conformación del sistema económico capitalista.
La caída de Constantinopla en poder de los turcos otomanos en el año 1453 significó el cierre de las actividades comerciales con el Mediterráneo oriental, por lo que la burguesía europea tuvo que buscar nuevas rutas comerciales hacia el oeste, fomentando así el desarrollo de las técnicas de navegación que posteriormente facilitarían los grandes descubrimientos geográficos.
La Alta Edad Media
El rey Pipino el Breve se dedicó a ampliar los límites de su reino y desde entonces la Galia constituyó una unidad territorial en manos de una sola corona. Sin embargo, fue su hijo Carlomagno, sucesor del trono, quien llevó el reino de los francos a su mayor desarrollo.
Cuando falleció Carlomagno, lo reemplazó en el poder su hijo Luis I (Ludovico Pío); pero la creciente influencia de la nobleza y el aumento de las relaciones feudales fueron propiciando el debilitamiento de la monarquía y la unidad política. Posteriormente, las luchas por la igualdad de herencia y reparto territorial entre los hijos de Luis I precipitaron la separación del imperio fundado por Carlomagno.
En el año 843, el Tratado de Verdún definió las fronteras de los reinos asignados a los hijos de Luis I, surgiendo tres entidades: el reino de Lotario I, a quien también correspondió el título imperial, el de Luis el Germánico y el de Carlos el Calvo. Esta división se mantuvo entre los distintos sucesores de origen carolingio y se disgregó con la abdicación de Carlos III el Gordo en 887, rey que había conseguido la unificación de casi todos los territorios del imperio franco. Tras su desaparición se crearon seis reinos independientes, que fueron Francia, Italia, el reino franco oriental (Alemania), Provenza, Borgoña y Lorena.
Carlos el Calvo rodeado de cortesanos y
prelados (Biblioteca Nacional, París)
Asimismo, se produjo una segunda oleada invasora de los pueblos bárbaros procedentes del norte, tales como noruegos, suecos y daneses, conocidos con el nombre de vikingos o normandos. Ellos efectuaron una serie de ataques e invasiones especialmente dirigidos a las costas de Europa occidental.
Los ataques de los daneses se sucedieron a lo largo de la costa, provocando graves daños en el imperio carolingio y también en España, donde fueron detenidos tanto por los musulmanes como por los reyes católicos del norte de la península.
Los vikingos lograron igualmente penetrar el interior de Europa, alcanzando París y otras ciudades del continente.
A fines del siglo IX, un pueblo conocido como húngaros o magiares atacaron las fronteras orientales de Europa y ocuparon la zona del Danubio, desde donde realizaron incursiones a Italia, Francia y Alemania.
La desintegración del imperio carolingio y las nuevas oleadas invasoras dejaron al occidente europeo en una situación de grave deterioro político y económico. Dicha situación duró hasta el siglo X, cuando se estableció el Sacro Imperio Romano Germánico, que determinó la restauración del orden de la Europa central.
En el siglo X (987) se reemplazó para siempre la dinastía carolingia. En esta misma época los reinos cristianos de la península ibérica iniciaron una lenta recuperación y un avance frente al Islam.
Fue en el transcurso del siglo XI cuando las continuas guerras, las sucesivas oleadas de invasores y otros hechos que incidían en la seguridad de las poblaciones, determinó el establecimiento del feudalismo, cuyas raíces se remontaban a los últimos tiempos del Imperio Romano.
El emperador Carlomagno
Religión
Cuando desapareció el poder del imperio, la figura del Papa fue consolidándose como la autoridad máxima a la que debían someterse los poderes temporales. De modo tal que la jerarquía eclesiástica de Roma se constituyó en el nexo que aglutinó las monarquías occidentales.
La Edad Media
Imperio Romano de Occidente hasta el siglo XV, cuando se produjo la caída de Constantinopla, se conoce como Edad Media.
El desarrollo de la cultura medieval se debió principalmente a :
La Edad Media puede ser dividida en dos Grandes Etapas, a las que llamaremos La Edad Media Alta y La Edad Media Baja.
La invasión y posterior asentamiento de los pueblos germanos bárbaros dentro de las fronteras del Imperio Romano dio lugar a la formación de diversos reinos a principios del siglo V. La caída de Rómulo Augústulo, último emperador romano, terminó con la autoridad imperial en occidente en el año 476. La parte oriental del imperio asumió entonces la herencia política de Roma.
Los bárbaros germanos instalaron sus reinos dentro de las antiguas fronteras del imperio y en zonas que nunca habían sido ocupadas por Roma, como Alemania. Estos reinos evolucionaron y dieron origen a las monarquías medievales europeas.
Los ostrogodos, uno de los pueblos germanos, se asentaron en Italia conducidos por Teodorico y formaron uno de los reinos más importantes de los siglos V y VI. A fines del siglo V, los francos, otro pueblo germano, sentaron las bases de lo que posteriormente sería uno de los reinos medievales más poderosos de Europa. Su rey Clodoveo, convertido al catolicismo, logró atraer a la población de la antigua Galia mediante la fusión de los galorromanos y los francos.
Durante el siglo VI, el reino de los francos, bajo la dinastía merovingia (descendiente de Meroveo, personaje semilegendario), sufrió repartos entre los sucesivos herederos de la corona. Estas divisiones fueron la causa de su estancamiento político y cultural, lo que permitió la intervención de los lombardos de Italia. Dicha situación se mantuvo hasta principios del siglo VII, cuando se consiguió la unidad territorial que permitió la aparición de la dinastía carolingia, fundada por Pepino o Pipino el Breve.
Tras la conquista del reino ostrogodo por el emperador bizantino Justiniano I (siglo VI) ocurrieron importantes sucesos en Italia. En esa época el imperio bizantino alcanzó un gran apogeo político y cultural. Justiniano I intentó reconquistar la parte occidental del antiguo Imperio Romano y restablecer la unidad del Mediterráneo.
Los lombardos, también de origen germánico, conquistaron el norte de Italia y junto con los bizantinos se repartieron la posesión de este territorio, el que a fines del siglo VI se encontraba casi totalmente bajo el dominio lombardo.
En Gran Bretaña, la invasión de anglos y sajones, de origen germánico, a mediados del siglo V, tuvo como consecuencia que los britanos, antiguos habitantes de la isla, se refugiaran en Cornualles, Gales y Escocia o se sometieran al nuevo poder.
Todos estos reinos surgidos en occidente dieron una nueva fisonomía a Europa; pero a pesar de todo se mantuvieron algunos rasgos propios de la cultura romana, como el orden y el derecho, los que fueron mezclándose con características propias de cada uno de los pueblos invasores.
El bautismo de Clodoveo, rey de los francos salios,
en la ilustración de una crónica francesa del siglo XV.